domingo, 28 de diciembre de 2008

Más de Maracay.










La última foto de abajo es la fachada de un restaurante que se presenta como "CAMBAO TODO PESCAO" ! Lo mejor de la Costa !. Ubicado en la avenida Miranda oeste, urbanización La Romana, número 7, Maracay, llegando a la entrada de "23 de Enero ". Teléfono (0243) 5513050.
En la foto que sigue se ve la cocina, frente al público. Luego se ven comensales y finalmente una poderosa Fosforera, que despaché el domingo 28 cerca de mediodía.
Solo pescado en hervidos, a la plancha con tostones y queso blanco, pasta con mariscos (creo que solo los viernes) y la ya mentada Fosforera. Hay casabe y papelón con limón. A la vista de todos están las ollas gigantescas de los hervidos y la fosforera.
El personal es de las mismas familias, muy atento a pesar de que trabajan en carrera por la numerosa clientela. ! Ah " y precios solidarios.
Hasta el picante es espectacular.
Incorporo esto hoy mismo, en vista de los nostágicos aragüeños residenciados en el exterior y en otras partes del país, que siempre se comunican con este blog, sobretodo por la exitosa divulgación de fotos de 1975, publicadas en los tres primeros meses de este año. Gracias. Saludos. Feliz Navidad.

sábado, 1 de noviembre de 2008

No gracias, no fumo.


Hace muchos años, cuando era fumador, una mañana conocí a un abogado en el trajín de los tribunales. Después de hacer unas diligencias en expedientes nos fuimos a tomar unos cafecitos y estando en eso le ofrecí un cigarillo. "No gracias, no fumo" me advirtió el nuevo amigo.
Esa situación se repitió por varios días seguidos e invariablemente el colega me advertía que él no fumaba, aún cuando en la última oportunidad que nos encontramos, agregó que "en realidad sí fumo, pero solo cuando bebo licor".
Como la amistad fue creciendo y se hizo extensiva a mis amigos y a los amigos de él, resultó que también un día decidimos almorzar todos juntos.
Allí cambió el panorama. Desde el almuerzo hasta ya casi las seis de la tarde en que nos quedamos en el restaurant, mi amigo Cabrera se lanzó por lo menos una cajetilla de cigarrillos. Y eso se repitió en muchas ocasiones. Le comenté a un amigo de los que le presenté: "Cabrera no fuma salvo que beba licor, pero bebe todos los dias de mediodía pá bajo..." ¿fuma o no fuma?
Alvarado es un amigo que fuma más que "una meretriz privada de su libertad". Un día le pregunté que si nunca había intentado dejar de fumar y me contestó que sí, que una vez estuvo doce años sin fumar. "¿Pero cuando fue eso?" le pregunté, "...porque yo te conozco desde hace años y siempre te he visto fumando..."
"Bueno, es posible, pero yo no fumé desde los cero hasta los doce años, exactamente doce..." me respondió con una sonrisa de esas que llaman "de oreja a oreja".
En verdad - digo yo - estuvo doce años sin fumar.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Lenguaje para la infidelidad.


Me llegó este texto de un primo:
"Por otro lado, aprovechando mi reaparecida en ésta página y a sabiendas de que esas historias divierten, les cuento una vaina que me pasó hace un par de semanas: Me debutó una potranca de nombre "MARCHOSA" (por aquella canción de Rosario Flores "marcha, marcha, queremos marcha, marcha ..."); como tenía tiempo sin ir al hipódromo, aproveché para conversar con los amigos hípicos y en la tertulia le pregunto a un entrenador por un mutuo conocido, respondiéndome el interpelado que el aludido la estaba pasando muy mal, porque se había divorciado. Como tal información me sorprendió le digo "¿y esa vaina?", a lo cual mi interlocutor, para señalarme que el motivo de la ruptura había sido la infidelidad de la esposa, enfáticamente expresó: "coño patrón, el hombre sedivorció PORQUE LE SOPLARON EL BISTECK"."
Y yo pronto a colaborar con estas cosas del lenguaje, le contesto:
"En Falcón, un amigo campesino para expresarme que a un amigo suyo le está siendo infiel su esposa, me dice "... a fulano le están comiendo el máis por la orilla...". Para quienes no pudieran saberlo, máis es una forma de referirse al maíz. " !Ah, y usted sabe que el maíz se apila, se junta en montones y si alguien se quiere robar un poco sin que nadie se dé cuenta, entonces agarra el que está por la orilla. ¿ vale?.

martes, 7 de octubre de 2008

Doblez.


Cuando uno está en contacto permanente o frecuente con una persona, por la razón que fuere, aprende, entre otras cosas, a juzgarlo desde una mínima expresión de su rostro o una sola palabra o un pequeño gesto. Debería ser un don para que, por ejemplo en el caso de la amistad, uno pudiera auxiliar a un amigo en dificultades que pretende ocultar su situación o para superar una crisis con la pareja que prefiere encerrarse en ella. Disponer de esos instrumentos vitales nos debería hacer inteligentes, porqué no decir sabios.
Pero tiene también su connotación negativa. Si conocemos a alguien bastante por un contacto intenso, profundo, de mucha duración, casi nos atrevemos a pensar por él o ella y establecer sin la menor duda cuando se están quebrantando moralmente o abandonando principios o ideas con o sin su voluntad.
Se puede caer en doblez cuando aparecen repentinamente factores externos que antes no existieron y ahora, apenas se presentan, nos quiebran. Recuerdo haber oído decir a un gran amigo, de largas luchas por sus convicciones, arraigado en la defensa de sus semejantes, que había decidido abrazar una corriente ideológica "por sus orígenes". Toda su vida anterior había sido de otra manera y entonces ¿ dónde estaban esos orígenes que ahora aparecen para sepultar su precedente bonhomía ?.
Veo, observo, indago sobre muchas personas que siempre fueron un bloque de acción e ideas en cualquier circunstancia, y ahora, súbitamente, sacan a relucir convicciones que nunca tuvieron, a señalar lo que nunca señalaron, a callar cosas que antes perseguían. Sabemos que mienten, que son insinceros, pero ningún sentido tiene que tratemos que sean distintos. Son los más peligrosos.
Es otra experiencia para vivir y tal vez para orientar a alguien más joven que nosotros.
Esa doblez es tan ruin si es que se hace voluntariamente ante estímulos que influyen en ella o aún en el caso que la hagamos porque estamos acorralados y debemos aceptarla contra nuestra voluntad.
No deseo juzgarlos. Solo quiero pedirle a la providencia que no nos haga caer en lo mismo. Y, es más, hacemos un voto porque algo los traiga de nuevo a la orilla.

sábado, 4 de octubre de 2008

BATE, PELOTA Y HASTA GUANTE. (2)


Pero no digo “colorín colorao” porque esta anécdota haya ya concluido, aunque así pareciese. Y es que, además, en las pocas referencias que se hacen a esta situación, que yo creo que vivíamos los muchachos de todo el país, los comentarios no pasan de lo antedicho.
Pero hoy, brevemente, quiero añadirle algunas cosas de esas que no son recogidas por la tradición o son simplemente ignoradas porque no se les atribuye ningún valor. ¡Y mire que si lo tienen!
Y es que la imposición de las reglas del “maleta” – además de tener que tratarlo como una dama, no contrariarlo, etc. - también tenía sus excepciones, muchas de las cuales en un solo día rebasaban con creces largas caimaneras de la dictadura instrumental del dueño: a) En alguna ocasión hubo alguien que le dijo a la brava que pusiera los “corotos” y se quedara en el banco, y “si te quieres ir vete y anda a llórale a tu mamá, pero el bate y la pelota se quedan, y si te molestas no vengas pá esta vaina más nunca o te molemos a coñazos…”; b) Alguien argumentó que “…tú pones bate y pelota pero nosotros somos los peloteros para hacer la partida, de modo que todos nos necesitamos y entonces acepta lo que te pongan o no te pongan a hacer, o agarra tu vaina y te la …”; c) Es seguro que en otras ocasiones se haya optado por jugar con pelota de goma y de bate cualquier palo y “ ¡ al carajo con tus peroles…!”.; d) Una que otra tarde debió aparecer otro muchacho de otra zona de la ciudad (normalmente era otro “maleta”), también con guante, pelota y bate, que él mismo pedía que no lo metieran por cualquier razón o lo metieran después, y es hasta posible que no quisiera jugar ni aún insistiéndole; y e) es factible que en navidad a alguien le cayese de niño Jesús un guante y a otro una pelota, y por un tiempito no hubiese necesidad de los implementos del “maleta” (este sí los tenía siempre renovados).
Basta con estas cinco opciones pero creo que hubo otras más. Lo cierto, eso sí, es que nunca el dueño cambiaba de posición por el dominio del bate y la pelota. Pero las caimaneras, buenas hasta el final, no se detenían por eso. Siempre hay recursos para cambiar las cosas y hacerlas mejor.

BATE, PELOTA Y HASTA GUANTE.


Recuerdo de cuando era muchacho aquellas tardes en que jugábamos caimaneras de béisbol (o algo parecido a él). Hubo épocas ¿a quién no le ha pasado? en que las partidas dependían de alguien que tenía el único bate y la única pelota (en lo sucesivo lo llamaremos “el dueño”, así nos gusta decir a los abogados), si además tenía guante, mejor. Los demás poníamos uno que otro guante, y el pitcher y el cátcher, como quiera se jugaba lo que llamaban “poniéndola bombita” o simplemente “poniéndola” (es decir, suave, lo explico para quienes no vivieron esto), podían jugar con la mano pelada aún cuando la pelota fuera de lo que llamábamos de “paldin”. Paldin, supongo viene de la vulgarización de la marca spalding, que era pelota dura.
Si el dueño era un buen pelotero no había problemas. O sea, estaba coronado. Pero el destino tiene establecido como inexorable que el dueño siempre es un “maleta”(casi siempre era un gordito que fildeaba lo que llamaban “tapapollo” y no bateaba “ni con la puerta de una iglesia”). Entonces, el tipo tenía que jugar ajuro y si por cualquier causa se molestaba y se llevaba sus macundales, ¡zas ¡ se acababa la partida. Las partidas devenían así en un arte de negociación porque había que colocarlo donde menos entorpeciera el duelo de cada tarde. Y era un duelo porque los equipos se escogían mediante el sistema de “pares o nones” o “piedra, papel y tijera”, de suerte que el que ganaba esta primera parte escogía primero y luego venía el otro y así sucesivamente, sistema éste que garantizaba que se empezara por los mejores y se terminara por los peores, figurando entre estos el maleta. Al maleta no le importaba esto porque su interés estaba en figurar entre los nueve alineados, ocupando generalmente el raifil (right field) porque por allí casi nadie bateaba), o de doblequècher (en realidad no había cátcher sino alguien encargado de recoger la bola lanzada “bombita”, ni tampoco valía el robo de base), de modo que prácticamente no hacía nada importante, o bien de pitcher que se limitaba a “ponerla” para que el contrario bateara (lo contrario de ponerla “bombita” era lo que llamábamos “arrequintao”, pero eso sí era un juego de béisbol y no las caimaneras a que me estoy refiriendo. Y en cuanto a batear, obvio es decir que el maleta era noveno bate u octavo, si acaso hacía falta algún disimulo.
Malo era cuando esas partidas estaban cerradas y entonces llegaba el turno al bate del “maleta”, porque se buscaba sutilmente que permitiera un cambio y el tipo rara vez accedía. En tal caso bateaba y punto, digo yo que había que sacrificar algo por la continuación de la partida. (Tampoco nos pongamos extremistas y aceptemos que de vez en cuando al maleta se le ponía a jugar segunda base o se le bregaba para que diera un “hitcito”, que hay quienes lo llaman un “podrío”).
Todas las partidas de cada tarde eran una angustia. Uno tenía que ligar que el “maleta” – dueño y señor de la caimanera de cada tarde, el único que tenía todos los instrumentos de juego, de marca, siempre nuevecitos – no se lesionara, no le diera dolor de barriga o lo viniera a buscar la mamá para hacer la tarea, porque entonces el juego quedaba colorín colorao.

lunes, 29 de septiembre de 2008

Margarita selvática




La belleza natural de esta isla nuestra de Margarita no se agota en sus playas, lagunas y valles. Tiene también una zona montañosa con baja temperatura. Es la zona de Cerro Copei, la cual se encuentra a unos 10 minutos de La Asunción, vía La Sierra.
La vista de la isla desde lo alto de la montaña es espectacular. Enviaré algunas a este blog después de esta presentación. Allí se ve la sede de las oficinas administrativas de ese parque nacional y un aspecto de su vegetación. Hay un espacio permitido a los visitantes y uno más restringido, al cual supongo se puede acceder con un permiso especial.
Duele reconocer que el estado de la vía de acceso no es muy buena y que en todo su trayecto es un inmenso basurero.
Aún así vale la pena visitarlo.

domingo, 28 de septiembre de 2008

Margarita: Entre la belleza y la fealdad.



Llegar a Coche y contemplar aquellas playas, recorrer la isla y ver sus instalaciones hoteleras es maravilloso. Pero para acceder a Coche tienen que embarcarse en este terminal. No es posible que haya tanto conraste. No es posible que el turista n sea considerado como un ser humano.

viernes, 26 de septiembre de 2008

Los mugrientos alcaldes de Margarita.



Una zona turística como Margarita tiene que ser una tacita de oro. No hay justificación para lo contrario, si esa actividad genera tanta riqueza de todo tipo.
Frente a la opulencia de edificios, hoteles, sitios de diversión, casinos y comercio en general, hay una inmundicia generalizada a la que las autoridades no le ponen atención poque los ciudadanos tampoco exigen.
El turista que va a Margarita, en su mayoría, solo le interesa el espacio de bella playa donde se baña y el comercio donde compra más barato. Si al comerciante que se enriquece en grandes proporciones, ni la autoridad ni el turista les exige nada, se hacen los locos.
Es impresionante en cualquier parte de la isla, con Porlamar a la cabeza, la gran cantidad de locales que antes fueron tiendas, hoteles o cosas por el estilo, en estado de ruina, monte, escombros, etc. sin que se les exija a sus propietarios demolerlos o darles un uso, o cuando menos mantenerlos en buen estado.
Los locales que se ven en las fotos son una constante: se trata de comercios abiertos, funcionando, que van desde una bodeguita hasta un hotel cinco estrellas, con fachadas rotas, sin armonía arquitectónica con una zona de turismo, rodeados de aguas negras, llenos de monte, basura.
¿ Qué es esto ?
¿Es que el turismo es solo bañarse, beber y tragar, ajeno a la belleza, la decoración , el ornato ?
Trotando por las calles de Porlamar paso por el hotel Howard Jhonson, muy bonito, sí, pero en sus accesos aguas negras, fétidas, lo que parece que no sienten quienes entran alli en sus carros ni le importa a los dueños del hotel publicitado como paradisíaco.
Si el pueblo no exige la autoridad no responde y la autoridad no responde porque no se le exige nada.
Puedo inundar este blog de cientos de casas ruinosas en la isla, fachadas sucias, parcelas céntricas convertidas en basureros, taguaras sin ningún criterio, aguas negras por doquier, avisos comerciales destartalados, basura que no se recoge, en fin, muchas cosas que están divorciadas de lo que puede ser una tierra de gracia y belleza.
Las autoridades, sobretodo los alcaldes, que es a quienes compete la mayoría de estos problemas, deberían conseguir apoyo del gobierno nacional y regional, además del apoyo del concejo municipal, para adelantar políticas exigentes, ordenanzas con un sistema gradual de sanciones, en fin, todo cuanto sea necesario para generar belleza (además del confort y el placer), pulcritud, respeto a las áreas verdes, etc.
Hay que ser exigente con el turista, con el comerciante, con el vecino. Después de todo, lo que se haga de bien es para ellos mismos.
No se puede hacer una zona de turismo con alcaldes tan mugrientos como la ciudad donde se supone que gobiernan.

LA PARTE OCCIDENTAL DE MARGARITA.



Como siempre, cuando visito Margarita, me doy un paseo por la parte occidental de la isla, que es la península de Macanao.
Lo mismo que se ha hecho en su parte oriental no ha llegado hasta allí. Y no lo llamo el “progreso” ni la bonanza ni nada por el estilo. Me refiero, simplemente, a una forma de vida que en alguna forma es mejor, aún cuando no podamos decir que es óptima o cuando menos, buena.
Recorrer la parte occidental de Margarita, sin entrar por supuesto hacia el interior, es decir, solo bordeándola, lleva casi dos horas, incluyendo breves paradas en Boca del Río, Barrancas, El Manglillo, Punta Arenas, Boca de Pozo, Robledal y La Auyama.
Tal como lo refleja la foto en El Manglillo, así puede constatarse en casi toda esa parte de la isla. Unos poquísimos desarrollos turísticos aislados existen. La carretera es muy buena.
No sé hasta qué punto puede hablarse bien de los servicios públicos básicos, pero en líneas generales se aprecia un evidente estado de pobreza, a veces de abandono.
Así que, en conclusión, cualquier referencia a lo que mucha gente encuentra de maravilloso en Margarita, no es extensible a su parte occidental.

jueves, 25 de septiembre de 2008

¿ Qué significa Margarita ?


Margarita significa muchas cosas, pero para la mayoría de sus visitantes significa turismo. Y como turismo también significa muchas cosas, entre las cuales destacan: comprar en todas partes, sobretodo en la 4 de mayo y en la Mariño; significa igualmente playas bellas, licores y quesos baratos, casinos. Un tiempo también significó el canódromo y hoy día para muchos es Musipán, Parque El Agua. Margarita también significa rumbear.
Mi memoria me alcanza a recordar visitándola por allá por 1956 y con frecuencia hasta más o menos el año 2004. Regreso ahora en 2008, ilusionado por dos cosas: 1) mucha gente me habla de transformaciones y crecimiento y 2) un gobierno nacional que si ha sido consecuente con lo prometido, debe haberle dado a la isla un sentido mucho mejor de lo antes enunciado.
Regreso, como siempre, satisfecho de haber visitado esa tierra hermosa, pero con la misma desilusión. Aquí no ha habido una transformación hacia un concepto más amplio y más completo de turismo. No hay cultura para el turismo. Casi que solo comprar y consumir. Es un concepto de turismo que gira en el ser humano alrededor de lo que puede comprar y consumir. Es su inmediatez y el círculo estrecho en el que hace eso. La belleza no forma parte del turismo. La belleza creativa solo atañe a lo que se puede construir para vender inmuebles o alquilar espacios o vender algo, y aún así con limitaciones (ya lo veremos). La belleza creativa del ornato y de la armonía arquitectónica, fuera de lo antedihco, no entra en ningún plan estatal ni privado.
Es la precariedad del ser humano cerrando su alma.
El inmenso caudal de la belleza sigue sin ser explotado.
También este gobierno, igual que los anteriores, ha fracasado en una gran revolución turística (continuaremos).

domingo, 14 de septiembre de 2008

Viendo el deporte desde la política o viceversa.


Converso con un amigo que se afana por encontrar en el béisbol de grandes ligas pruebas fehacientes de otra forma de descomposición social en nuestro país.

Dice que en muchos hogares venezolanos, sobretodo en los que carecen de recursos para enviar a sus hijos a la educación superior, la ilusión de hacerlos grandes ligas se ha convertido en una meta por la que se hace cualquier esfuerzo. O también - según alega - en una forma de sacarlos al exterior donde hay más oportunidades que aquí.

Creo que hay elementos para la discusión e, inclusive, para preocuparse razonablemente, pero sin ese sentido catastrófico. Observamos que se ha venido produciendo una masificación de peloteros venezolanos sobretodo en Estados Unidos, pero también los hay en Japón, México y algunos paises europeos.

Y no solo peloteros de alto nivel (grandes ligas), sino que ello abarca todas las categorías. Se observa asimismo que hay un grupo importante de jóvenes que ya desde lo 15 años se están comprometiendo contractualmente para ingresar a equipos norteamericanos. La presencia se ha hecho extensiva a puestos de dirección y asesoría.

Muchos de esos peloteros ya no empiezan por jugar en nuestra pelota rentada sino que su vida profesional comienza y termina en el norte. Y ni se diga de los ya consagrados, a quienes se prohibe en su gran mayoría participar en el béisbol venezolano.

Algunos, con tendencia creo yo que a aumentar cada vez más, están adoptando otra nacionalidad, preferiblemente la estadounidense.

(Toda esa situación incide directamente no solo en la calidad de la pelota venezolana que se ve privada de sus mejores exponentes, sino en algo más grave, como lo es el fraude, aceptado legalmente, que se comete año tras año, mediante el cual el equipo que representa a Venezuela en la Serie del Caribe no es en modo alguno el mismo que ganó la temporada regular. Prácticamente, lo que se hace es una selección de los perdedores, puesto que en cada equipo triunfador las estrellas no pueden participar en la serie caribeña.)

Sin mayores profundizaciones por el momento, creo que en la discusión sobre este tema, entra en juego el derecho constitucional del venezolano a tener un deporte de alta calidad, el tema de la fuga de talentos, el excesivo mercantilismo del deporte, la mejor organización y planificación deportiva en nuestra nación, en fin, asuntos que van mucho más allá de lo que suele interesar a casi todo el mundo.

sábado, 13 de septiembre de 2008

29.59


Me siento satisfecho con lo que he sido, sin invocar objetivos altisonantes o tenidos como tales. Creo que aprendí lo que quería aprender y hacer lo que podía hacer con lo aprendido. Alguna vez ví otras metas y fui tras ellas. Alcancé algunas, a otras renuncié y a otras me fue imposible llegar, fundamentalmente porque necesitaba superar barreras humanas que me requerían un precio muy grande por ello.
Un día me preguntaron que si era un triunfador y dije que sí. Pero, en verdad, nunca he pensado bien sobre lo que eso significa.
Ahora sí sé que lo soy. Durante cinco mañanas de las siete de cada semana salgo a ejercitarme de tantas formas que he aprendido durante más de 5o años. Son treinta minutos. Cuando el reloj cronómetro señala que han pasado 29 minutos y 59 segundos, estoy (estás) apenas a un segundo de un triunfo diario, que se hace permanente y te abre todo lo que quieras. ´El mundo te parece infinito y tu fortaleza también. Este sí es un objetivo pleno, único, total.
Y no se puede decir más que eso. Hay que vivirlo para entenderlo.

viernes, 12 de septiembre de 2008

María Luisa será ahora menos indiferente.


Hace unos pocos años atrás, después de regresar de unas vacaciones en Margarita, mi hija María Luisa me invitó a ver las fotos que había tomado. Su exhibición fue particularmente abundante en todo lo que no debe ser, lo injusto, lo inexplicable. Sus fotos sobre el estado en que se encontraba un ferry que dice ser de primera son bastante elocuentes.
María Luisa es odontólogo y tiene dos hijos. Casada con un hombre laborioso, responsable y emprendedor, por tanto exitoso, ha tomado la decisión de separarse de su ejercicio profesional mientras sus hijos estén todavía muy pequeños. Alega sin resentimiento alguno - y más bien como reflejando una oportunidad distinta que le ha ofrecido el destino - que puede cambiar la situación de haber sido hija de dos abogados bastante ocupados profesionalmente y que, por tanto, le quitaban algo de tiempo para compartir.
Comunicarse con mi hija por teléfono es casi imposible y visitarla en su casa implica, entre otras cosas, perseguirla por cada rincón donde atiende alguna tarea hogareña, acompañarla a buscar al nieto que juega fútbol, a hacer compras de cualquier tipo o estar allí en la supervisión de la tarea escolar. Adicionalmente, cada conversación se hace por partes, entre llamadas de pacientes que le piden un ratico de excepción para que los atienda o de familiares con quienes mantiene permanente contacto.
¿ Qué quiero decir con todo esto ?.
Que no obstante esa vida que lleva, María Luisa, siempre atenta a todo lo que sucede en el país y por lo que se forma criterio y opina, ha decidido abrirse un huequito en el tiempo disponible y crear un blog, cuyo nombre de por sí es curioso "guillotinar.blogspot.com", en el que, precisamente, aspira aportar algo a la comunidad en general y en particular a quienes se interesan en esta herramienta de comunicación.
Se integra, de ese modo, al grupo de personas que combaten el flagelo más demoledor de la humanidad: la indiferencia. Un premio Nobel cuyo nombre no recuerdo en este momento dijo que la indiferencia era más dañina y perversa que las bombas atómicas y yo creo que más que el secuestro, los desplazados, el narcotráfico, el terrorismo y hasta los accidentes naturales. Todos tienen su causa en la indiferencia.
En este campo de la comunicación también habrá sinsabores y desengaños, pero una persona que nos lea o nos comunique algo, así sea una que otra vez, habrá justificado este intento por colaborar en que salgamos a flote.
! Suerte hija ! ! Bienvenida !

martes, 9 de septiembre de 2008

Maracay y sus espacios cálidos.


Me ha gustado siempre esa expresión de "espacios cálidos" para referirnos a esos lugares que se nos cuelan hasta el alma.
Es lo primero que busco cuando hago turismo fuera de mi ciudad, donde quiera que sea.
Y es también lo que he hecho en mi ciudad de Maracay desde que era un muchacho, aún cuando a fuerza de tanto hacerlo he llegado a pensar que ya no hay más, que los he agotado todos.
Quizás fue esa búsqueda la que me llevó a tomar más de 500 fotos en 1975, de las cuales he publicado en este blog unas 200.
Por lo general, esos espacios son herencia de la ciudad gomera, sus ramificaciones y sus posteriores partos. Fue fructífera mi bella ciudad en ese aspecto.
Hay días en los que trato incesantemente de descubrir algo nuevo y en sus noches me duermo comprobrando los menguados frutos de esa búsqueda.
Hubo tiempos en los que apelé hasta la figura de Carlos Gardel caminando al amanecer por las veredas en la que los chácharos cuidaban celosamente la ciudad y me voy así metiendo en un cuento que nunca termino, un cuento que se disipa en el olor a café de una casa con un fogón para hacer arepas y en una mesa donde quedan aún trozos de torta bejarana.
Seguramente me extravío en un sueño que aplaza la búsqueda del espacio cálido hasta otra ocasión en que sueño despierto.
Este fin de semana, tal vez mientras me sumergía en la rutina de mi infructuosa constancia, me cambiaron algunas partes de la ciudad. Y lo más extraño es que sucedió a pocas cuadras de mi casa.
Camino por allí ubicando una dirección perdida y veo casas acogedoras, construcciones bien pensadas, árboles gigantescos y frondosos que juraría no estaban allí el día antes, calles apacibles, gente envuelta en cruces de comunicación que no dudas son de vieja data, plazoletas, jardines, balcones que hablan de generosidad humana, en fin, una ciudad, una parte de mi ciudad convertida repentinamente en un espacio cálido.
Un días después de esa gran emoción sigo contento con lo hallado. Pero sospecho que todo eso estuvo allí desde hace mucho tiempo y que era yo quien había perdido un poco la habilidad de buscar y hallar esos espacios.
Sí, tengo más vida.

domingo, 31 de agosto de 2008

Así es el turismo. Denuncia.



Este es un sitio de la hermosa costa venezolana. La foto de arriba es como para enviarla a las compañías promotoras de turismo, agencias oficiales en el ramo, agencias de viajes, publicidad en el exterior. Podemos decir que son playas excepcionales, aguas generosas y lugares paradisíacos.
Pero para acceder hasta allí hay que pasar por el camino que está en la foto de abajo.
Destrucción de la naturaleza.
Contaminación.
Y no es cuestión de autoridades solamente.
Es fundamentalmente el ciudadano el que incumple sus obligaciones. Y punto.

martes, 19 de agosto de 2008

¿ Son necesarias las vacaciones judiciales ?



Una asociación o fundación llamada creo que "Justicia Libre", ha colocado en televisión unos espacios de protesta por las vacaciones judiciales, bajo la creencia que ese mes de inactividad judicial del 15 de agosto al 15 de septiembre, incide en el rendimiento del sistema judicial.
Me parece que sus directivos, creo que bien intencionados, no tienen mucha experiencia en esta materia. En primer lugar, ese mes de vacaciones es la única forma de la que disponemos los abogados litigantes para nuestro descanso. Cuando llega ese periodo estamos,exhaustos, agotados, ya no podemos más y lo vemos como una gracia divina.
En segundo lugar - y esto es lo más importante - no es con más tiempo de trabajo como se resuelve este problema. La solución es relativamente fácil: 1) Crear más, muchos más tribunales, dejando atrás la creencia que esto es una pérdida de dinero, cuando en realidad es inversión social.2) Deslastrar la justicia de tantas formalidades y "papeleo" inútil, concentrando las sentencias en su verdadero componente decisor; 3) establecer una justicia disciplinaria efectiva para quienes ocupan los tribunales sin necesidad, abandonan las causas, etc.; 3) jueces autónomos, con experiencia, respetando escalafones, etc. Por ahí va la cosa.

sábado, 16 de agosto de 2008

(15) El deporte en un país campamento.


Los Juegos Olímpicos de Beijing nos permiten hacer unas reflexiones sobre el deporte en una nación determinada. Y es que, además, no pocas veces los ideales nacionalistas se identifican o confunden con el deporte.
Los venezolanos suelen expresar esos ideales cuando ven triunfar a sus peloteros en las “grandes ligas” del béisbol norteamericano, a un futbolista en las ligas europeas o a un boxeador.
Y ahí termina el sueño nacionalista.
El deporte debe ser necesariamente un ingrediente de la identidad nacional. Pero ¿porqué?. Porque el deporte supone constancia, superación, disciplina y autoestima. Implica largas jornadas de meditación y de concentración. Requiere de normas adecuadas de alimentación y de abstención de conductas negativas (adición a bebidas o al cigarrillo, por solo decir una). Se forma así un ser humano apto para cualquier objetivo social y se convierte en ejemplo para otros ciudadanos.
Y ¿ esto tiene algún otro valor ¿. Sí, pongamos uno meramente material.
Lo que el Estado invierte en formar atletas es mucho menor que lo que tendrá que invertir en hospitales para quienes no traten de cumplir con un mínimo de esa condición.
Y el aporte del atleta a la sociedad es siempre más eficaz en todo sentido de quienes no lo son.
Por añadidura, una vez que se forman esos atletas se les envía a competir en determinados juegos, en competencia, que vienen a ser una exposición o muestra de lo que un país ha hecho por el bienestar e sus ciudadanos.
Ese es el sentido de esas competencias.
Que se consigan buenos exponentes deportivos aislados, que se compita por competir, que una persona cumpla con esas metas solo para lucrarse o que se improvise el envío de atletas sin el conjunto de valores antedichos, no es precisamente un componente de un ideario nacionalista.
Por eso están allí los resultados deportivos venezolanos de vieja data.
Solo el deporte concebido en tan amplios términos y objetivos sociales, cultura, educación, salud, disciplina, etc. tiene un valor nacionalista.

martes, 12 de agosto de 2008

(13). País campamento: Nadie oye ni nadie protesta por eso.




El Estado no oye adecuadamente a los ciudadanos que quieren aportar algo en cualquier campo del conocimiento. Y los ciudadanos, aún teniendo mecanismos legales para ser oídos, no logran que eso se haga.
Fíjense que señalé que no nos oye adecuadamente. Eso quiere decir que no nos oye a todos, que oye selectivamente, que oye lo que cree que le interesa y, sobretodo, oye a quienes saltando barreras y haciendo esfuerzos titánicos se imponen.
Una nación de verdad oye a todos sus hijos; es más, sale a buscarlos bajo la seguridad que hallará a alguien para cualquier actividad.
El Estado no nos oye porque jamás ha creado mecanismos para ello, formas de participación completas, abiertas, ilimitadas.
Se enuncia, eso sí, en pomposos principios y magníficos textos legales, la idea de la participación del ciudadano en el destino de su país en el campo del conocimiento. Pero no hay mecanismos sencillos, espacios abiertos, formas de búsqueda, imaginación, interés, inversión, esperanza, tolerancia, instrucción, estímulo, para que eso sea una expresión masiva de la colectividad.
Y en la agenda de casi todo ciudadano no figura pedir, o en su lugar protestar, y más enérgicamente confrontarse, para buscar espacios para la construcción de su país en los campos del conocimiento.
Concluimos, entonces, que una nación no se puede formar sin una comunicación adecuada entre los ciudadanos y el Estado, y entre los ciudadanos entre sí.
Cuesta aceptarlo, pero también en eso hay evidencia que vivimos en un campamento con reglas mínimas de convivencia, donde el destino se deja al azar.

viernes, 8 de agosto de 2008

(12) Todo lo que se escribe dentro del campamento.


Cierto día me encontraba haciendo una diligencia personal en una oficina de una Universidad experimental venezolana. Había en ella, a pesar de su gran dimensión, apenas el espacio para un escritorio y dos sillas. Estaba repleta hasta media pared de ¡tesis de grados ¡ para su revisión.
Enlacé esa visión con algo que me dijo un abogado de larga experiencia docente muchos años atrás: que le había tocado examinar muchas tesis de post grado en ciudades que no tenían una tradición jurídica muy grande y había encontrado obras que valía la pena publicar.
Atando todos esos cabos, preguntando aquí y allá, sumando experiencias personales, teniendo en cuenta datos que he obtenido del ejercicio de mi profesión de abogado, etc. creo tener una base suficiente como para hacer una indagación a fondo en este sentido.
Y es sobre la base que nuestro país debe tener un caudal inmenso de aportes individuales o colectivos en todas las profesiones científicas, humanísticas, técnicas, etc. de las cuales apenas se conoce, publica y difunde un mínimo porcentaje.
Siendo sinceros, debemos reconocer que el requisito de las tesis de grado y similares, si bien son concebidas con un propósito muy constructivo, son tenidas en la realidad como un mero trámite académico para obtener un grado más alto en jerarquía o escalafón, lo que, a su vez, se traduce en mejores ingresos. De allí no pasan.
Con toda seguridad debe haber centenares de miles de obras en todo el país y en todas las ramas del conocimiento, algunas de las cuales podrán ser excelentes, otras buenas, quizás la mayoría requiera de ampliaciones o rectificaciones, pero todas, seguro que sí, podrían constituir inmensos aportes al saber y ,por tanto, al desarrollo nacional.
No existe un centro ni una inteligencia que las acopie, les haga seguimiento, localice a sus autores y los estimule a profundizar o corregir.
Es inimaginable el patrimonio perdido, deshaciéndose en rincones de quién sabe dónde.
Porque un país que vive como si estuviese en un campamento, de tránsito, carece de amor propio.

miércoles, 6 de agosto de 2008

(11) País campamento o país sin proyecto.



Bajo requisitos muy estrictos invoco en mis escritos (acciones ante los tribunales, dictámenes, sentencias y columnas de articulista) la opinión de otras personas o de interpretaciones legales hechas por otros o de precedentes jurisprudenciales. Estoy casi absolutamente bloqueado en eso. Excepcionalmente lo hago y no vienen al caso las razones de eso.
Esta vez lo hago bajo la excepcional situación de encontrar una especie una prueba de lo que he venido señalando en estas entregas, bien estructurada, producida por un hombre con una vasta experiencia política, social y jurídica; sin atisbo de mezquindad ni de propósitos malsanos. De sus líneas surge, más bien, como un clamor de una situación que muchos venezolanos logramos ver pero que no tenemos formas de controlar, ni hacer mucho por revertir.
En la edición del diario “El Nacional” del martes 05 de agosto de 2008, el Dr. Ramón Escovar Salom, bajo el título de “El proyecto nacional”, señala que nosotros no tenemos un proyecto de nación, lo que se evidencia de: 1º) la desaparición de las instituciones, que en mi caso personal sería su “no desarrollo”, pues desde 1958 a hoy, que son los años en que he tenido madurez en el acceso al conocimiento y a la realidad, nunca vi instituciones sólidas. Tal vez el Dr. Escovar sí tuvo oportunidad de vivirlas; y 2º) la idea de que el progreso se mide por la riqueza del país y su explotación descuidando al ser humano, al hombre.
Convengo en que no tenemos un proyecto en el sentido de formulación de un país en el tiempo, es decir, mirando hacia el porvenir, más allá de la instrumentación de un plan a corto plazo.
Vale decir, según mi interpretación de lo que es el asentamiento de nuestro grupo humano en este territorio, que siempre parece que estamos de tránsito hacia otro lugar, que algunos se resignan a vivir en el campamento porque no encuentran forma de salir de él y que otros, en fin, lo usan para sus propios fines y cuando pueden se van. Eso implica carencia de instituciones y más bien genera reglas frágiles para sustentar solo un mínimo de convivencia.

martes, 5 de agosto de 2008

(10) La justicia en un país campamento.



En un país con profundo sentido o sentimiento nacionalista, que ya quedó claro que no son todas esas actitudes febriles o teatrales de gritos y consignas, la justicia es el medio esencial para preservarlo. Los jueces son los grandes orfebres de una verdadera nación, de un asentamiento humano en un territorio donde sus ciudadanos están unidos por verdaderos lazos garantistas de su destino.
La justicia en los campamentos no es finalista. Se limita a dirimir controversias mientras dura la ocupación del territorio, en términos suficientes para garantizar que cada quien haga lo que vino a hacer o lo que quiere hacer. Por consiguiente, los jueces no son sino simples funcionarios que dirimen controversias. La justicia es así inmediata, superficial, desalmada.
La justicia de una verdadera nación está enfocada en grandes propósitos: el ser humano, sus espacios vitales, su aporte al todo, sus necesidades y la garantía de su condición de ciudadano. Los jueces aquí son profundamente reflexivos, pues tienen que preservar el equilibrio social y la necesidad de la sociedad de estar fuerte ante cualquier contingencia. Los jueces están en la obligación de mantener vivas las expectativas de todo el conglomerado social. Son su garantía. Son su instrumento esencial de supervivencia.
En una auténtica nación todo reposa en la sanidad y sabiduría de sus jueces. Y se les respeta. Sus decisiones, buenas o malas, tienen siempre el signo de que fueron tomadas para preservar las instituciones. Los yerros pueden corregirse y el sistema se supera.
Los jueces nuestros ya no pueden hacer nada mejor. Nunca antes tampoco lo hicieron a cabalidad, pero había algunas luces.
Algún día tendremos que empezar de nuevo.

domingo, 3 de agosto de 2008

¿Violencia contra la mujer o manipulación ?


Hacemos un alto en la serie de opiniones que hemos venido tejiendo alrededor de la idea de que Venezuela es un "país campamento". Concluiremos eso con cuatro o cinco entregas más.
Pero es que hay algunos temas que considero necesario abordar en este momento, uno de ellos es la violencia contra la mujer venezolana y el otro es el referente al agua.
Es indudable que en nuestro país hace falta toda una política de Estado para controlar y vencer el flagelo de la violencia contra la mujer. Y no solo es esa violencia física en la que aparece como emblemático un hombre borracho que le pega a su mujer. No. Es la violencia psicológica en el trabajo, en la publicidad, en la lucha por alcanzar cualquier bien material o inmaterial, en la participación, en fin, en muchas cosas.
Se han creado leyes destinadas a hacer posible esa lucha, pero temo que se han llevado a cabo sin una suficiente preparaciòn y concientización a fondo, es decir, bajo el manto de la improvisación, aunque se pretenda hacer ver que miles de foros, declaraciones, preparativos, especialidades, etc. puedan dar la idea de una planificación.
De no tomarse todas las previsiones pare evitar un mal uso de la ley, la misma terminará no sirviendo al objetivo para el cual se ha creado.
Estas reflexiones me vienen en mente después de estar en contacto directo con dos casos de absoluta manipulación de la ley bajo propósitos ilegales o inmorales de sendas mujeres.
En la primera de ellas, una señora con tres hijos, el menor de ellos de su actual pareja y con quien se encuentra en ruptura o conflicto, acude a solicitar protección por violencia contra la mujer y obtiene así una decisión que la favorece a quedarse en una vivienda en la que no tiene ningún derecho, pues fue adquirida por su esposo con anterioridad al matrimonio y por vía sucesoral. El Estado acuerda la medida y, como si fuera poco, la señora trata de llevarlo a la cárcel. Es de tal magnitud la inexistencia de fundamento en la solicitud, que la causa penal termina allí. Pero la señora, envalentonada por una decisión tomada sin ningún asidero (la de permanecer en el inmueble), fuerza a su pareja a un acuerdo desproporcionado, permitiéndose inclusive rechazar ofertas que están por encima de lo que le corresponde. Por lo demás, la amenaza de una nueva denuncia obra como un factor que agrava la situación.
Más recientemente, observo el caso de una ciudadana que es socia en un negocio con sus dos hermanos. Ella ha tratado ilícitamente de apoderarse de la firma mercantil bajo fraudes y subterfugios, pero al ser atajada a tiempo, decide entonces acudir al manejo de la ley sobre la violencia contra la mujer, inventando situaciones que no existen, para así poder eliminar a sus socios, al menos bajo la medida de protección que no se acerquen al negocio, lo cual equivale a que ella pueda manejarlo económicamente a su antojo.
La prueba del fraude a la ley es evidentísimo. ¿ Cómo puede explicar la dama en referencia que en un negocio que está abierto al pùblico, pueda existir violencia de su socio-hermano, si ambos trabajan juntos allí desde hace muchos años, por lo menos ocho horas a día ?.
Y además, las denuncias se hacen más frecuentes cada vez que sus dos hermanos y socios mayoritarios, tratan de controlar legalmente los abusos de su hermana socia minoritaria.
Si la ley se relaja, como se observa en esos dos casos y muchos otros que me han referido, las consecuencias las pagarán las mujeres que son víctimas de violencia de verdad y que sí necesitan protección.

viernes, 1 de agosto de 2008

(07) País campamento o empresa.



Seguramente es repugnante decir que un país es una empresa. Porque esa literatura y esos discursos baratos que nunca abandonamos, privilegian la exaltación de valores empalagosos, de frases de ocasión, de expresiones para subir el ánimo por un ratico.
Pero nada de eso es patria, ni nación, ni sentimiento nacionalista.
Una nación es una empresa, sí, una empresa, un conjunto de seres humanos que producen bienes y servicios, materiales o espirituales, para causar bienestar colectivo.
El bienestar colectivo crea una mística nacionalista por ser todos eficientes, por sacarle el mayor provecho posible a los recursos de que se dispone.
En esa organización de recursos humanos y económicos entran los servidores públicos cuyo objetivo es aprovechar el tiempo, facilitar los trámites, ahorrar bienes y energía, preparar a sus jóvenes, conceder prioridad a los méritos, cuidar los recursos que se tienen y atender correctamente a cada ciudadano en toda función legalmente establecida.
El servidor público es un factor de la empresa, una pieza de ella. Ese es el verdadero sentimiento nacionalista, ser parte útil de esa empresa.
La experiencia de nuestro país es, generalmente, la de funcionarios públicos, es decir, personas que ocupan un cargo público sin mayores pretensiones que la de que se haga lo que forzosamente hay que hacer, salga como salga, y mediante una actividad que le produce su sustento.
No tenemos el arraigo, el sentimiento generalizado de servidores públicos, es decir, de empresarios que construyen un país de verdad. Esto es, de un aparato que trabaja a toda su capacidad para que haya bienestar colectivo.
En los campamentos, dado que los domina el sentido de la provisionalidad, el objetivo es resolver las necesidades mínimas de convivencia. Y nada más. Es esto lo que no queremos abandonar. Pero tendremos que hacerlo.

jueves, 31 de julio de 2008

(07) Otra vertiente del país campamento.



Pensando en todos los aspectos demostrativos de este grupo de personas que sin coherencia importante ocupamos este territorio, llega el día de la graduación de bachiller de mi hijo.
Allí, en el auditorio, entre formalidades y aplausos, aprovecho para seguir tejiendo estas reflexiones.
Veo desfilar ante mis ojos 107 jóvenes venezolanos. Mientras se acercan a recibir sus respectivos títulos, se anuncia por el micrófono qué estudios universitarios seguirán y dónde, seguido de un breve pensamiento que cada uno de ellos ha escrito.
Se han formado en un colegio exigente, de alta calidad docente y con recursos de todo tipo, por lo que bien puede pensarse que vienen a ser, sí, cuesta decirlo, tal vez sea doloroso admitirlo pero es la verdad, vienen a ser, repito, una elite en la educación nacional.
Me pregunto si a ese nivel de ellos hay claridad y conciencia de que no tienen en verdad una nación, que no pertenecen a una comunidad organizada que tiene sus propias estrategias, que no forman un grupo humano de diverso origen, costumbres y educación que convergen en un espacio territorial para fomentar y sostener, digamos que una empresa (y volveremos sobre esto en la próxima entrega) que es su país, su nación, en la que todos tienen que ver con todos y forman parte de un todo.
Al final, el número uno en promedio académico da un breve discurso sin ataduras conceptuales, sin cadenas formales, descarnado, preciso, cortante, especie de aguijonazo que debe llamar a reflexión a las autoridades docentes de ese plantel de primera línea (hermanos Maristas), en el que invoca la amistad y la buena relación que tuvieron, pero denuncia en forma vehemente que también cometieron el pecado de aislarse en muchos grupos que no solo no se comunicaban entre sí, sino que llegaban hasta la crítica malsana.
Sumado eso a los pensamientos individuales que cada uno sembró en la hoja protocolar, compruebo, sin duda alguna, que les espera un porvenir personal inmenso, que serán triunfadores en fábricas, clínicas y bufetes; que muchos estarán en la dirección de grupos o sectores de poder, tal vez ocupen altos destinos públicos, pero que llevan en su haber la carencia de no haber sido formados bajo un concepto de nación.
Será otro aprendizaje que tendrán que afrontar, al igual que cualquier joven venezolano.

martes, 29 de julio de 2008

(06) Un país campamento formado desde la Constitución Nacional.



Cuando nos referimos a un país campamento, apropiándonos, como dijimos en la primera entrega de este blog de una expresión de Cabrujas, queremos expresar que, generalmente, los venezolanos somos un grupo de personas que ocupamos un territorio y que tenemos leyes e identidad solo para fines de orden y seguridad. Y las tenemos y tendremos mientras ocupemos ese territorio. Pero nada más.
Pero no somos un solo país, no tenemos un “modo de ser venezolano”, no estamos cohesionados a través de unos valores mayoritariamente aceptados. (si ud. no lo acepta, indíqueme uno)
Un “sentimiento nacionalista” o “identidad nacional” pasa forzosamente por la necesidad de aceptación de todos sus componentes internos, sea cual sea su origen, su raza, su religión o cualquier otro factor que pueda distinguirnos. Es lo que más se corresponde con la vida misma.
Refiriéndonos al menos a los últimos 50 años, podemos ver que en Venezuela, si bien se garantizaba la libertad de cultos, se establecía constitucionalmente la religión católica. Había capítulos que tendían a proteger a grupos en desventaja, como los indígenas, pero tal vez ello obedecía a la circunstancia o necesidad histórica de evitar que fuesen discriminados. La previsión constitucional que favorecía a los naturales de España y a los países liberados por Simón Bolívar no era discriminatoria, sino que estaba en sintonía con la idea de preservar los vínculos de pueblos nacidos de una misma gesta libertadora y de quienes poblaron estas tierras y trajeron sus instituciones.
En fin, bajo estos tres ejemplos, aún cuando contienen un criterio de diferenciación entre venezolanos, no presentaban una ruptura o no tan grave hacia nuestro interior, hacia nosotros mismos.
Más, indudablemente, seguía pendiente el proceso de integración total, desde el cual se podían crear valores nacionalistas como deben ser.
La Constitución de 1999 ( por la cual voté sin haber alcanzado a madurar toas sus normas, en especial las relativas al tema que estoy tratando, quizás muy orientado por la parte de la justicia, que me pareció muy buena) , en cambio, viene a propiciar la fractura de esa venezolanidad precaria que de por sí existía. En lugar de reforzar y ser más intensa en cuanto a crear una integración como punto de partida, vino a establecer legalmente unos pueblos separados del resto del país, hasta el punto que tienen derecho a suministrar tres (3) diputados propios a la Asamblea Nacional, tal como si fueran representantes de enclaves dentro de un territorio. La necesidad apuntaba, por el contrario, a su derecho a vivir y estar en todo el país como ciudadanos de él, convivir como siempre lo habían hecho donde quisieran y ligarse e integrarse en una sola nación.
De esa ruptura ha pasado a favorecerse, legitimarse , apoyarse y apuntalarse una nueva vertiente, que es la “afrodescendencia”, como si acaso, en todo el país, de punta a punta y por los cuatro costados esa integración entre negros, blancos e indígenas no esté bien cimentada, no produce fricciones y casi nunca es motivo de mayores complicaciones. El sentimiento nacionalista requería y requiere de no amparar constitucionalmente estas fracturas. Por allí también se ha construido el campamento en que solo las circunstancias territoriales justifican la convivencia de sus integrantes.

domingo, 27 de julio de 2008

(05). Replanteando lo del país campamento.


Confieso que estoy tratando de explicarme en este tema con cierta desesperación. Como con una necesidad urgente que alguien comprenda lo que ya una cierta madurez me viene diciendo a gritos. Y con el ánimo de contactar a quienes pueden estar en la misma onda, desde gente culta, inteligente y ávida de expresarse, hasta quienes puedan estar más limitados en ese sentido. El objetivo es hacer algo por nosotros mismos.
Hago un alto en la secuencia que llevaba en la materia, para detenerme a examinar y expresar algunas cosas respecto de las respuestas que se me han enviado por algunos lectores del blog.
Replanteo que cuando me refiero a un “sentimiento nacionalista” no me interesa para nada a aquellos que se agrupan con uniformes o vestimentas de cualquier tipo, y lanzan frases pegajosas o entonan cancioncitas. Nada que ver con un orgullo que parece ebriedad, ni especies de cofradías de los que se creen mejores. Nada de invocar hazañas bélicas ni deportivas. Ni hablar de patria como un emblema o un cascarón, sin saber lo que tiene adentro. Nada.
Cuando me refiero a “sentimiento nacionalista” (nacionalismo, identidad nacional, etc.) invoco algo más humano, real, verdadero. Incluso con mucho de cotidianidad, de necesidades de todo tipo.
Al final lo expresaremos en una idea que trataré que sea muy ilustrativa de lo que quiero señalar. Debemos, eso sí, empezar por las ideas que nos llevarán hasta allá.
Por ahora, basta decir que una nación que se ama a sí misma, no puede limitarse a un asentamiento humano en un territorio en el que parece que muchos están de paso. Ese asentamiento humano tiene que ser una organización que defiende los principios éticos que ha diseñado en su experiencia, que produce (o va atrás esa meta) desde cosas elementales para vivir y hasta para vivir mejor, que protege a sus ciudadanos, que crea normas para todo tipo de relación, que educa, que se prepara para la adversidad en forma adecuada, que favorece el trabajo y la cultura, etc.
Eso es lo que, en verdad, es nacionalismo. Casi un sentimiento elemental de preservación de lo propio. Y por ahí nunca hemos transitado en toda su dimensión.
En la próxima entrega les obsequio el reto de una prueba.

sábado, 26 de julio de 2008

(04) País campamento. Todo es a base de educación.




Los encargados de educar al pueblo, en líneas generales, han tratado siempre de elaborar doctrinas en abstracto y luego llevarlas a las leyes, aplicarlas al vacío y he allí sus constantes fracasos.
Todo acto de la autoridad destinado a crear sentimientos y actitudes nacionalistas debe oír, ver, digamos palpar a toda la comunidad y luego elaborar un sistemático plan para preservar los valores positivos, mejorar los que tienen deficiencias y corregir o eliminar los vicios y deformaciones.
Al ciudadano, a las comunidades, a las organizaciones, se les explica, se les informa y se discute con todos ellos. Nada se le impone. Se les ofrecen alternativas y se escoge la más adecuada, la cual se va moldeando en la práctica. La persuasión es el arma.
En este campo de la educación para formar el sentimiento nacional más blindado, sin prejuicios, sin enlatados, sin prefabricaciones, se podrían poner miles de ejemplos. Escojo uno como el más emblemático. El caso de Radio Caracas Televisión.
No podemos decir, en verdad, que éste fue un canal de televisión muy provechoso, de calidad, pero la población lo veía. La población lo ve conforme a la educación que tiene.
Vencido el lapso de la concesión, el gobierno tuvo una oportunidad de oro, única, extraordinaria, para poner en marcha un incipiente plan de educación nacional. Renovarle la licencia bajo la condición de mejorar progresivamente su calidad, ciñéndose a la ley.
Pero no. El gobierno optó por negar la renovación y perder así unas herramientas, equipo humano, etc., sustituyéndolo por una televisora que no tiene un diseño apropiado para las circunstancias y que ha terminado por tratar de imitar parcialmente el espacio que quedó atrás.
La creación de una vocación por defender ese “modo ser venezolano” que aún está pendiente, es obra de un proceso educativo, que por lo demás, en democracia y en pluralidad de opiniones, es mejor.

viernes, 25 de julio de 2008

(03) País campamento: Cómo se garantiza la identidad nacional.


¿ Y cómo se garantiza y se instrumenta esa concepción del hombre dentro de su colectividad en función de los demás, cómo busca la unidad, cómo logra restablecer las situaciones que rompen ese modo de ser que es el nacionalismo, la “identidad nacional “?.
La respuesta es simple. Solo a través de la ley. Porque a ley no es otra cosa que reglas de convivencia social dentro de objetivos trazados en una Constitución, es decir, normas para forjar ese “modo de ser nacionalista”, normas para crear la identidad y preservarla.
Y ahora lo amargo: Los venezolanos, en líneas generales, somos sistemáticamente trasgresores de la ley, por lo que forzosamente debemos concluir que actuamos y convivimos con objetivos, buenos o malos (no es el caso determinarlo en este momento), que se apartan de un modo de ser nacionalista, de una identidad nacional.
Las trasgresiones las cometen quienes diseñan las leyes y quienes están encargados de su vigilancia y observación. Las comete hasta el ciudadano que viva en el sitio más apartado del territorio. Es decir, provienen de todo nivel, aunque en todo nivel haya también quienes las respetan y las hagan cumplir. En este país residual radica la precaria estabilidad de las instituciones.
Es inoficioso, innecesario, inútil, descender a la calificación y demostración detallada de esa trasgresión (pero puedo explicarla donde quiera que sea). La Constitución, las leyes, reglamentos, ordenanzas, etc. son casi siempre letras muertas. Su precaria observancia o es coercitiva o se da porque es inevitable. Basta con un solo ejemplo: la ley más elemental de la convivencia social es la que regula la propiedad horizontal y esa no la cumplen la mayoría de los condominios, sus administradores nada pueden hacer para defenderlas y los jueces no las conocen.
Desde tiempos inmemoriales hemos oído decir al común de los ciudadanos que en Venezuela hay buenas leyes pero no se cumplen. Todo se resume en una especie de sentencia: “aquí las leyes no se cumplen”. Y es porque se piensa que las autoridades de cualquier tipo no las hacen cumplir.
Y eso es falso. La realidad es que somos nosotros quienes no cumplimos las leyes, para lo cual no necesitamos guías ni que nos obliguen. Esta sencilla verdad es de una exactitud asombrosa.
Y para eso hay que empezar por la educación. Y esta ¿ de dónde parte ?.

jueves, 24 de julio de 2008

(02) País campamento. ¿ Porqué un sentimiento nacionalista ?


Generalmente, cuando hablamos de sentimiento nacionalista o “nacionalismo” a secas, entendemos con tales palabras una actitud de defensa de lo propio, de lo nuestro, de algunas expresiones culturales, de una fuerza de defensa, de costumbres y en el mejor de los casos de ciudadanos unidos por un territorio y un destino común.
En realidad, esas podrían ser expresiones periféricas del nacionalismo, digamos más bien, ramificaciones de él, especie de factores en los que se diluye su centro de gravedad.
No lo veo así. Y siento, con toda la sinceridad del mundo, que jamás hemos tenido gobiernos, organismos, partidos o cualquier otra expresión social, que haya concebido y propugnado el nacionalismo en su verdadera y definitiva dimensión.
El nacionalismo es un modo de ser ante una serie de factores: territorio, conglomerado social, economía, defensa, cultura, etc., el cual, no obstante sus divergencias y confrontaciones, asume toda la ciudadanía como un instrumento de convivencia. Me explico. El ciudadano vive y concibe todo lo que le rodea en función de todos los que conviven en su mismo territorio. Así concebido, el nacionalismo no es una expresión heroica (como suele ser entendido) ni un conjunto de adornos a exhibir. Es, genuinamente, un modo de convivencia bien definido y aceptado por todos, el cual se defiende porque se cree en su utilidad, porque es garantista de la familia y de las instituciones, porque tiene herramientos para el bienestar social, porque es generador de mejores expectativas públicas. Escribiremos sobre esa garantía en la próxima entrega.

miércoles, 23 de julio de 2008

Venezuela : ¿ país campamento ?.


En algunas partes he dejado constancia escrita de mis opiniones sobre lo que significa ser venezolano. Lo he hecho en diversas épocas y desde hace muchos años. Lo he hecho bajo el influjo de toda clase de medios, sobretodo una vocación por la observación de personas y espacios en todo el territorio nacional, el cual he recorrido incansablemente desde hace más de tres décadas.
Por supuesto, no soy un profesional del conocimiento que concierne a la vinculación del hombre con su territorio, ni soy el más aventajado en la vocación observacionista, ni he manejado los más elementales instrumentos del conocimiento en relación con el tema.
Soy, a secas, un voluntario intrigado en determinar porqué carecemos de un sentimiento sólido de nacionalidad, algo que antes llamaban la "identidad nacional".
Me intriga saber porqué muy pocas personas se interesan por esto y quizás la respuesta esté, precisamente, en las mismas conclusiones. Valga, entonces, esta aparente perogrullada.
No hay día de mi vida en el que no tenga al menos una evidencia de nuestra arraigada carencia de nacionalidad. Es perceptible hasta en mínimos detalles, que no podrían ser expuestos en un espacio reducido como este.
Tengo como una especie de archivo para exponerlo en cualquier discusión, aunque no hay foro ni conferencia ni jornada que se dedique a este tema.
Dos cosas muy puntuales me han sucedido en los últimos años como para servir de sustento a estas líneas que expondré hoy y en una pocas entregas más, pensando que aunque sea dos o tres venezolanos las leerán y al menos uno me contestará cualquier cosa.
La primera de ellas se produjo en los días inmediatos siguientes a los sucesos del 11 de abril del año 2002. Entre tantas cosas que se dijeron y se siguen diciendo, grabé en forma indeleble una de ellas. Una ciudadana venezolana, quien siempre dio muestras inequívocas de su ideología y combatió duramente por ella, radical, vehemente, se encontró en esos días que los estaban desalojando del poder. Famosa ya por su insaciable rapiña de los dineros públicos, lujuriosamente gastados sin recato alguno, calculó que no tan pronto vendrían por ella y que podía tomarse unos días para ver qué pasaba. Pero su plan ya estaba diseñado. Sin el menor pudor expresó a un amigo suyo que ya ella estaba bien apertrechada, que no tenía hijos ni nada que la relacionara con Venezuela y que se podría ir por el resto de su vida a vivir al exterior. Me pregunto cuán frágil era el conepto de nacionalidad de esta venezolana, máxime si ocupaba un cargo comprometido con la defensa de la venezolanidad.
Ahora, en días recientes, me entero que hubo otra persona a quien interesó el tema de nuestra carencia de nacionalidad o, mejor dicho, de sentimientos genuinamente nacionalistas. Cabrujas habló de un país campamento. No adelanto ahora nada de lo que creo que quiso decir con esto. Lo exploraremos.
Me apropio del concepto de "país campamento" tan sóloporque será difícil conseguir uno mejor. Pero lo rellenaré con mis propias observaciones y convicciones. Tal vez pueda aportar algo. Seguiremos en otra entrega.

viernes, 18 de julio de 2008

Fotos Maracay vieja.



Estas excelentes fotos de la Maracay vieja. La segunda es de la época del general Gómez. La foto de arriba me parece que es de la hoy calle Miranda. La segunda es la del hipódromo. Llegué a conocer este hipódromo de muchachito, cuando ya no había actividades en él desde hacía muchos años, solo pista e instalaciones abandonadas. Allí hay hoy día una urbanización. Fotos cortesía de Agustín Alvarez Cardier.

jueves, 17 de julio de 2008

Fotos de la Maracay Gomecista


Mi apreciado amigo y colega Agustín Alvarez Cardier, en conocimiento como está de la gran cantidad de fotos de Maracay que se han publicado en este blog, me ha enviado varias fotos de la Maracay Gomecista, excelentes todas, las cuales debo forzosamente publicar, en virtud de su calidad y de evocación de los tiempos de aquella dictadura.
Para quienes estamos en contacto permanente con esta ciudad de Maracay, es asombroso ver como esas construcciones se mantienen intactas después de tantos años. Y en el caso específico del antiguo Hotel Jardín, hoy Gobernación del Estado Aragua, se pueden observar sus salones internos iguales a la actualidad, aunque, obviamente, con distintos fines.
En la presente foto está el comedor del Hotel Jardín. Verán otras muy interesantes.
Aprovechamos la oportunidad para pedir a todo aquel que tenga una foto de Maracay de cualquier época, que la publique o nos la haga llegar por cualquier medio, para incorporarlas a esta gran lista. Mis teléfonos son 04143456826 y 04268300975. Vicente Amengual Sosa.

martes, 15 de julio de 2008

Humor de abogado para combatir la tardanza judicial.


Llego a un tribunal de una ciudad de Venezuela a cumplir con unas diligencias en mi trabajo de abogado litigante y me encuentro a un viejo amigo, litigante también, quien me narra las dificultades que hay para lograr una sentencia sin tanta dilación.
Ovidio, que así se llama el colega, es un hombre educado, de mucha simpatía y siempre con un gran sentido del humor. Me cuenta que en días pasados logró una audiencia con la juez para hablarle sobre un caso suyo que lleva años en espera de sentencia y ya con ella trató de hacerlo de la manera más educada, más divertida pero que reflejara un reclamo contundente por la demora en sentenciar.
" Doctora - le dijo a la juez - yo he venido al tribunal dos días seguidos y nos hemos visto y saludado ¿ cierto ? ", "sí, es verdad, te he visto los últimos dos días ", respondió ella enseguida.
" Okey, ¿ usted recuerda como vine vestido esos dos días" preguntó el litigante. Y la juez le respondió: " No, la verdad es que no me fijado "
" Bueno, fíjese, yo apenas me he cambiado las camisas pero el traje que he traido esos dos días es el mismo. Ahora, ¿ usted ve aquella colega que está en la cola pidiendo un expediente ?" continuó Ovidio.
" Sí, si claro, igual que tú ha venido estos últimos dos días, ayer vino con un vestido de flores y hoy con ese conjunto marrón, pero porqué me preguntas eso ?" dijo la juez.
" Porque ustedes las mujeres tienen que vestirse distinto todos los días y repiten un vestido o un conjunto cuando ya creen que nadie recuerda que se lo pusieron ¿cierto ? " agregó mi amigo.
"¿ Y ?" fue lo único que obtuvo como respuesta de la juez.
" Que si no usted decide rápido, entonces ellas no cobran y si no cobran ¿ cómo hacen para ensanchar y mejorar el vestuario ?..." concluyó Ovidio.
A mi amigo lo llamaron repentinamente para anunciarle un acto judicial y yéndose solo alcanzó a murmurar algo así como " Pero Vicente, ni así se ha logrado nada..."

Unidad o perder el tiempo y hacerlo perder a los demás.


Viendo la cuestión política sin participación directa en ella, creo alcanzar un importante estado de objetividad como para comprenderla mejor. El tema se me presenta ayer, cuando me encuentro a un viejo amigo que aspira a ser candidato a una Alcaldía importante. Le digo con la sinceridad de siempre - de malos y buenos resultados, pero sinceridad al fin - que todo esfuerzo por separado que hagan es inútil. Pierden tiempo y recursos. Matan ilusiones de la gente.

Supongo que él debe entender que lo que le quiero decir es que no es la mejor opción electoral para la ciudad (tal vez lo sea desde otro punto de vista pero aquí no se toma en cuenta y eso será el tema del próximo blog). No lo ve así. Se pone pensativo. Trata de discutirme algo pero se contiene. Acude a fórmulas genéricas de conversación politica para pasar el momento, tales como "todo hay que analizarlo bien ", "estamos construyendo eso que tú dices". Quedo convencido que forcejeará hasta el final y casi que lo veo montando tienda aparte si no es él el favorecido por la unidad.

No, mi hermano, no es así. Aún unidos tendrán que batallar con un adversario implacable, fuerte, sobretodo consciente de que se le están muriendo en sus manos muchas cosas. Otros, muy objetivos y sinceros, tienen plena conciencia que está en juego la dimensión de un mundo en el que creen.

Si los invocadores de la unidad no le dan esa solución a la gente que la aspira, ésta los mandará bien largo al carajo. Por el contrario, en cada rincón de cada ciudad, sea la gente que sea, que adverse al gobierno, dice que votará por quien le pongan siempre que sea candidato único, sea el inhabilitado o no lo sea. Los nombres sobran y los partidos también. Importa sólo que sea uno solo y que el espíritu de sacrificio sea buen consejero para que un aspirante pueda ver al que en verdad parece ser el mejor.

Se supone que la unidad tiene un fundamento ideológico, se advierte que tiene un basamento constitucional y democrático, que es supuestamente un recurso extremo contra una situación política que juzgan absolutamente insoportable e insostenible. Es como preservar la propia vida. Pero si esto no puede más que la aspiración personal !chao chiguire !.

domingo, 13 de julio de 2008

Colaboremos con el T.S.J., por favor.


En lugar de fustigar tan duramente a los señores del TSJ por la lentitud, dificultad o equivocación que se les atribuye en la interpretación de las normas constitucionales, debería tenerse en cuenta que la Carta Magna es de apenas 1999 y que muchas veces se requieren años para entenderla o comprenderla a cabalidad.
Sería más útil suministrarle herramientas que faciliten ese difícil trabajo intelectual. Como la del artículo 4º del Código Civil, válido para cualquier disposición constitucional o legal venezolana: " A la ley debe atribuírsele el sentido que aparece evidente del significado propio de las palabras, según la conexión de ellas entre sí y la intención de legislador."
De esa manera, con un simple diccionario en la mano y la exposición de motivos o el diario de debates que ha precedido a la norma, es posible hallar una interpretación lógica y expedita.

La casa aragueña donde decían que cantó Gardel.


Hasta hace unos pocos años atrás no existían en esa construcción azul los locales comerciales que allí se ven. Antes era una pared áspera de color marrón y el acceso al interior estaba donde se ve la puerta blanca. Muchos años más atrás esa era la entrada a una hacienda o algo por el estilo. La construcción se encuentra en la avenida principal de Santa Rita, vía Palo Negro, y forma parte del relativamente nuevo municipio Francisco Linares Alcántara del Estado Aragua.
El caso es que por años las autoridades del antiguo municipio Santiago Mariño, lo cual continuaron sus sucesores de Linares Alcántara, prohibieron sistemáticamente la reforma de la fachada y la construcción de locales comerciales, bajo la indicación que eso era algo así como un sitio histórico, puesto que allí había cantado Carlos Gardel, creo que en 1935, en su visita al Estado Aragua
Al final las autoridades se derrumbaron. El decreto de declaratoria de sitio de interés público o la eventual expropiación del mismo no llegó a darse, lo que permitió a sus propietarios aprovechar económicamente la construcción. Fue así una excepción a la famosísima terquedad de las autoridades venezolanas de cualquier nivel, esas que jamás se echan para atrás después que toman una decisión, por más disparatada que pueda ser.
Los hasta entonces infelices propietarios no supieron que fué lo que pasó y se contentaron con el levantamiento de la prohibición.
Puede ser que Carlos Gardel nunca haya cantado allí en realidad. O que si llegó a cantar fue algo así como informal y no sepan cuáles fueron las canciones, de modo que no tendrían como justificar la declaratoria de interés público. O tal vez solo fue a descansar después de haberle cantado al General Gómez un buen repertorio en el antiguo Hotel Jardín.
Y asunto concluido.