sábado, 26 de julio de 2008

(04) País campamento. Todo es a base de educación.




Los encargados de educar al pueblo, en líneas generales, han tratado siempre de elaborar doctrinas en abstracto y luego llevarlas a las leyes, aplicarlas al vacío y he allí sus constantes fracasos.
Todo acto de la autoridad destinado a crear sentimientos y actitudes nacionalistas debe oír, ver, digamos palpar a toda la comunidad y luego elaborar un sistemático plan para preservar los valores positivos, mejorar los que tienen deficiencias y corregir o eliminar los vicios y deformaciones.
Al ciudadano, a las comunidades, a las organizaciones, se les explica, se les informa y se discute con todos ellos. Nada se le impone. Se les ofrecen alternativas y se escoge la más adecuada, la cual se va moldeando en la práctica. La persuasión es el arma.
En este campo de la educación para formar el sentimiento nacional más blindado, sin prejuicios, sin enlatados, sin prefabricaciones, se podrían poner miles de ejemplos. Escojo uno como el más emblemático. El caso de Radio Caracas Televisión.
No podemos decir, en verdad, que éste fue un canal de televisión muy provechoso, de calidad, pero la población lo veía. La población lo ve conforme a la educación que tiene.
Vencido el lapso de la concesión, el gobierno tuvo una oportunidad de oro, única, extraordinaria, para poner en marcha un incipiente plan de educación nacional. Renovarle la licencia bajo la condición de mejorar progresivamente su calidad, ciñéndose a la ley.
Pero no. El gobierno optó por negar la renovación y perder así unas herramientas, equipo humano, etc., sustituyéndolo por una televisora que no tiene un diseño apropiado para las circunstancias y que ha terminado por tratar de imitar parcialmente el espacio que quedó atrás.
La creación de una vocación por defender ese “modo ser venezolano” que aún está pendiente, es obra de un proceso educativo, que por lo demás, en democracia y en pluralidad de opiniones, es mejor.

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