sábado, 17 de mayo de 2008

De los apodos electorales.


Siempre digo que si uno va a ocupar un cargo publico por via electoral, llamese gobernador, alcalde, diputado, etc. y eso significa tener que trabajar mucho, tener grandes responsabilidades, vida azarosa, criticas por doquier, todo eso por un sueldo, entonces no se deberia hacer tanta campaña y, mas bien, esperar que a uno lo busquen. (Risas)

Pero la cosa debe ser muy buena ( no te hagas el pendejo, Vicente) que todos los candidatos salen corriendo a promocionarse, se dan codazos con quien sea, abandonan amigos y parejas por saltar una talanquera, consiguen dinero con un esfuerzo que no hacen ni por los hijos, casi no duermen, beben caña de la que sea, leen todos los periodicos, comen hasta porquerias que les den, se meten en los rincones mas apartados, le jalan bola hasta al tipo que les caiga peor. ! Uff, que sacrificio !

Pero lo mejor de todo son los apodos (valga la rima) y sobretodo los auto apodos (que valga otra vez). O los lemas. Fijese en estos : " el pocho", " el propio ", "tirahuequito", " el de tu barrio", " el negro fulano", "cargacatre", "chuito", " papipoco", "el autentico", "el tigre", una razon para votar", " la catira", " el pajaro" , "el indio", "merecure", "el resteao", " tu pana" y asi hasta el infinito.

Me imagino a alguien que una vez elegido le diga un votante: " epa, negro, vamos a ponele un camion ahora ?. Y le contesta el nuevo funcionario: " Quien carajo te dijo que me llamaras "el negro ?".

Y es que lo que pasa es eso. Que un candidato se haga llamar "el venado" y cuando lo elijen se convierte pero en "el lobo". ! Que cosa tan buena debe ser esa de ser elegido para algo !

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