sábado, 8 de septiembre de 2007

COLECCIÓN REFORMA CONSTITUCIONAL (01). Principios.



Nos proponemos mediante varias entregas dar nuestra opinión estrictamente jurídica sobre la reforma constitucional propuesta por el Presidente de la República. No quiere ello decir que seamos ajenos al ambiente social y político en el que la misma se produce. Trato de decir que es el cauce legal el que predomina.
Sólo a título de principio personal y por una vez expreso mi reserva sobre la forma en que han sido tratadas las Constituciones nacionales que han estado vigentes durante mi vida, la de 1961 y la de 1999. No es que han sido sistemáticamente violadas, no es que han sido inobservadas totalmente por autoridades y ciudadanos, pero sí han sido manipuladas en algunas ocasiones de acuerdo a las circunstancias o no han sido desarrolladas debidamente en algunos de sus artículos o han sido interpretadas de manera incongruente. No podemos decir que las Constituciones venezolanas a que me refiero constituyan un cuerpo de principios que hayan regido clara e inequívocamente nuestra nación. No han tenido, en consecuencia, la condición de garantes ni han producido la confianza que les asignan los principios universales.
Veo así la reforma propuesta como un material de interés jurídico que merece atención y que preocupa a muchos ciudadanos, proponiéndome entonces hacer un aporte para su interpretación, en el entendido que quienes se ocupen de leer estas líneas dispongan de un elemento más de convicción para formarse su propia opinión.
En cada análisis se informará cuál es el o los principios jurídicos que atañen a la materia tratada o cuáles son las normas que puedan interesar al tema. Daremos una opinión personal. Haremos sugerencias, en fin, creeremos que hasta el mismo Presidente de la República, que es quien ha promovido la reforma, está interesado en oír o leer lo que se dice de ella y que está en la disposición de reconsiderar y eventualmente modificar lo que parezca evidente que lo amerita.
Nos anima en todo esto el inmenso caudal democrático con el que se nos enseñó a vivir, independientemente de todas las prácticas o decisiones en cualquier tiempo que no se han correspondido con los principios de la democracia.
La educación que en todo momento se nos impartió para la vida en democracia ha sobrevivido a las malas horas de sus tergiversaciones y violaciones. Espero pueda reflejar ese potencial en estas notas.

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