Torè es hoy un campesino entrado en años que vive de eso que llamaban antes “echar tiritos” y más modernamente “matar tigres”. Su casa es un rancho cercano al mar y un día carga el motor de la lancha, otro carga la pesca de otro pescador y así se pasa la vida. En tiempo pasado fue taxista en las épocas buenas y ladronzuelo en las malas.
Se fue al campo e hizo allí su familia, muy numerosa por cierto, y se fajó duro para levantarlos y hacerlos hombres y mujeres de bien. Quería que hicieran la primaria, la secundaria y luego aprendiesen un oficio o lograsen una profesión que él no pudo tener. Estaba dispuesto a todo en ese objetivo.
Su felicidad fue inimaginable el día que el mayor de sus hijos se inscribió en el liceo cercano. Toré duplicó sus esfuerzos para comprarle los libros, el uniforme y asegurarle que tuviera para merendar y para el transporte. Pero la ilusión duró poco. A mitad del periodo escolar, su hijo mayor empezó a faltar al liceo cada vez con mayor frecuencia, hasta que un buen día no asistió más.
El padre trataba de convencerlo para que no perdiera el año, lo estimulaba, le prometía regalos, pero nada surtió efecto. Finalmente, Toré se resignó y empezó a correr la cuenta regresiva para que su hijo perdiera el año.
La madrugada de uno de los días en que el vencimiento del plazo estaba ya por cumplirse, Toré sintió un ruido extraño en la habitación de su hijo y fue a ver lo que pasaba. Su hijo ya se había lavado y se estaba vistiendo para salir, cuando su padre le preguntó:
¡ Hijo ¿ qué haces, para dónde vas a esta hora ?.
Toré se quedó casi mudo cuando oyó por respuesta que su hijo iba para el liceo.
“ ¿ Pa pa ra ra el li li ceo ? ”. - le repreguntó el padre tartamudeando, con una emoción que crecía a cada segundo, sintiendo que se le aceleraba el corazón.
“ ¡ Coño, hijo, que emoción me has dado, esto es increíble, yo sabía que tú no me harías eso, que estudiar es por tú bien, que si te gradúas de algo no vas a tener que pasar por todo lo que he pasado yo... , voy a despertar a tu mamá para darle la buena noticia ”.- y cuando ya Toré se había vuelto para llamar a su mujer, su hijo le dijo:“ Un momentico papá, achanta un pelo, yo no te dije que iba para el liceo donde hablan todas esas pajas locas, para donde voy es para el liseo, bueno, entiende para la pesca de la lisa, que ya empieza la temporada y ya ayer se vio una mancha y...”
miércoles, 21 de febrero de 2007
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