viernes, 12 de septiembre de 2008

María Luisa será ahora menos indiferente.


Hace unos pocos años atrás, después de regresar de unas vacaciones en Margarita, mi hija María Luisa me invitó a ver las fotos que había tomado. Su exhibición fue particularmente abundante en todo lo que no debe ser, lo injusto, lo inexplicable. Sus fotos sobre el estado en que se encontraba un ferry que dice ser de primera son bastante elocuentes.
María Luisa es odontólogo y tiene dos hijos. Casada con un hombre laborioso, responsable y emprendedor, por tanto exitoso, ha tomado la decisión de separarse de su ejercicio profesional mientras sus hijos estén todavía muy pequeños. Alega sin resentimiento alguno - y más bien como reflejando una oportunidad distinta que le ha ofrecido el destino - que puede cambiar la situación de haber sido hija de dos abogados bastante ocupados profesionalmente y que, por tanto, le quitaban algo de tiempo para compartir.
Comunicarse con mi hija por teléfono es casi imposible y visitarla en su casa implica, entre otras cosas, perseguirla por cada rincón donde atiende alguna tarea hogareña, acompañarla a buscar al nieto que juega fútbol, a hacer compras de cualquier tipo o estar allí en la supervisión de la tarea escolar. Adicionalmente, cada conversación se hace por partes, entre llamadas de pacientes que le piden un ratico de excepción para que los atienda o de familiares con quienes mantiene permanente contacto.
¿ Qué quiero decir con todo esto ?.
Que no obstante esa vida que lleva, María Luisa, siempre atenta a todo lo que sucede en el país y por lo que se forma criterio y opina, ha decidido abrirse un huequito en el tiempo disponible y crear un blog, cuyo nombre de por sí es curioso "guillotinar.blogspot.com", en el que, precisamente, aspira aportar algo a la comunidad en general y en particular a quienes se interesan en esta herramienta de comunicación.
Se integra, de ese modo, al grupo de personas que combaten el flagelo más demoledor de la humanidad: la indiferencia. Un premio Nobel cuyo nombre no recuerdo en este momento dijo que la indiferencia era más dañina y perversa que las bombas atómicas y yo creo que más que el secuestro, los desplazados, el narcotráfico, el terrorismo y hasta los accidentes naturales. Todos tienen su causa en la indiferencia.
En este campo de la comunicación también habrá sinsabores y desengaños, pero una persona que nos lea o nos comunique algo, así sea una que otra vez, habrá justificado este intento por colaborar en que salgamos a flote.
! Suerte hija ! ! Bienvenida !

1 comentario:

Hikari dijo...

Enhorabuena a su hija Sr Vicente por sacar un rato de su tiempo para que podamos leerla.

Su blog es uno de los mejores que he leído en mi vida, sino el que más.

Como verá, por lo menos para mí no es indiferente.

Saludos,