sábado, 4 de octubre de 2008

BATE, PELOTA Y HASTA GUANTE. (2)


Pero no digo “colorín colorao” porque esta anécdota haya ya concluido, aunque así pareciese. Y es que, además, en las pocas referencias que se hacen a esta situación, que yo creo que vivíamos los muchachos de todo el país, los comentarios no pasan de lo antedicho.
Pero hoy, brevemente, quiero añadirle algunas cosas de esas que no son recogidas por la tradición o son simplemente ignoradas porque no se les atribuye ningún valor. ¡Y mire que si lo tienen!
Y es que la imposición de las reglas del “maleta” – además de tener que tratarlo como una dama, no contrariarlo, etc. - también tenía sus excepciones, muchas de las cuales en un solo día rebasaban con creces largas caimaneras de la dictadura instrumental del dueño: a) En alguna ocasión hubo alguien que le dijo a la brava que pusiera los “corotos” y se quedara en el banco, y “si te quieres ir vete y anda a llórale a tu mamá, pero el bate y la pelota se quedan, y si te molestas no vengas pá esta vaina más nunca o te molemos a coñazos…”; b) Alguien argumentó que “…tú pones bate y pelota pero nosotros somos los peloteros para hacer la partida, de modo que todos nos necesitamos y entonces acepta lo que te pongan o no te pongan a hacer, o agarra tu vaina y te la …”; c) Es seguro que en otras ocasiones se haya optado por jugar con pelota de goma y de bate cualquier palo y “ ¡ al carajo con tus peroles…!”.; d) Una que otra tarde debió aparecer otro muchacho de otra zona de la ciudad (normalmente era otro “maleta”), también con guante, pelota y bate, que él mismo pedía que no lo metieran por cualquier razón o lo metieran después, y es hasta posible que no quisiera jugar ni aún insistiéndole; y e) es factible que en navidad a alguien le cayese de niño Jesús un guante y a otro una pelota, y por un tiempito no hubiese necesidad de los implementos del “maleta” (este sí los tenía siempre renovados).
Basta con estas cinco opciones pero creo que hubo otras más. Lo cierto, eso sí, es que nunca el dueño cambiaba de posición por el dominio del bate y la pelota. Pero las caimaneras, buenas hasta el final, no se detenían por eso. Siempre hay recursos para cambiar las cosas y hacerlas mejor.

1 comentario:

Virgilio dijo...

Referente a las pelotas, era tradicion hacerlas con un ovillo de pabilo y teipe, eso si siempre dandole un esmerado ajuste a medida en que se le iba aplicando el teipe, fueron éstas las que usualmente usabamos en nuestras caimaneras, en Calicanto jugabamos en un terreno donde está el Fung y hung.-